Cuando les contaba unos meses atrás a mis conocidos que tenía la intención de confeccionar mi propio traje de flamenca, todos me preguntaban si sabía coser y la respuesta siempre era negativa.
Cada vez que he querido un traje nuevo, le he dado millones de vueltas para que se ajustara a lo que yo deseaba de verdad. Luego era mi tía, quien tiene unas manos maravillosas, la que se encargaba de llevarlo a la realidad. Ahora puedo decir que, además de tenerlo en la cabeza, he conseguido plasmarlo y completar parte del proceso sola.
Estoy muy orgullosa de lo que he logrado y a mi abuela también le ha debido gustar
mucho, pues me ha regalado su máquina de coser para que pueda elaborar el próximo, que ya va cogiendo forma en mi
mente.
Me gustaría animaros a que llevéis a cabo vuestros sueños y
proyectos. Sin duda, con muchas ganas y paciencia, se consiguen muchas cosas.
Pendientes que realicé a partir de tres que ya tenía y no usaba. Por cierto, mi peluquera es maravillosa ;)
Como podéis ver, mi madre también tiene unas manos muy
especiales y elaboró estos dos encajes para que pudiera elegir.
El traje es muy sencillo para lo que yo estoy acostumbrada,
pero era el primero y no quería soñar tan alto. Por tanto, el toque especial se
lo puse en las plumas.
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